23 may 2010

Tanta mandanga


Estoy exultante. Es uno de esos momentos en los que veo el mundo a través de una fina capa de lagrimas que cubre mis retinas, no de pena, sino de pura excitacion. Llevo un tiempo recapitulando y sintiéndome peor que mal, escribiendo los textos más tétricos que había escrito en...meses. No es mucho pero quizás soy tétrico de naturaleza. He hablado conmigo mismo, me he insultado, me he intentado apuñalar (metafóricamente hablando) e incluso intentado psicoanalizar buscando los orígenes de semejante bajón mental. Afortunadamente mi cerebro cuenta con una partición, como un disco duro, que me permite seguir vivo mientras la otra mitad se debate consigo misma. En este tiempo me he visto en un viaje de ida y vuelta.

Camino de ida hacia la otra mitad de las cosas, lo oscuro, vacío e impenetrable. Como una plaza vacía de personas, de fugas imposibles, en las que detrás de un muro se adivina que existe el mundo, y donde sólo puedo pensar que existe alguien porque se ve su sombra asomando por detras de una columna. Viaje a lo oscuro e inmutable de las cosas, donde realmente se muestran como son, sin tener ningún sentido, orden ni fin. En un mundo sin orden, sentido, ni fin. El camino de vuelta debería ser, previsiblemente, volver a la mitad positiva...pero no es así.

No he encontrado una visión positiva del mundo en esa plaza metafísica. No he encontrado nada, ningún significado vital, ni amalgama que llene el vacío que me consume. En el mundo de la nada, no hay nada. En el interior de la nada, no hay nada.¿ Y eso en qué me anima ? En nada! La mayor de las negativas que he asimilado nunca, y no hablo de rechazo, que me hace volver a la parte positiva del mundo viendola tan vacía como realmente es. Parece que salgo con una visión realmente pesimista del mundo, pero salgo con la impresión de que aunque todo vaya mal, aunque siga queriendo encojerme en mi mismo y a la vez salir corriendo, no hay nada. Que la sombra en la plaza metafísica es sólo una sombra y que dejaré de ser espectador de mi mismo, para manejarme por la infinita NADA.

Así que en resúmen, no se si me siento bien, pero sí mejor.

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