31 mar 2010

Easter


Me gustaria poder tartamudear tanto que la única palabara que soltara fuera producto de toda mi voluntad. Porque si mi voluntad no es capaz de elegir ahora las palabras, que al menos la más estúpida cueste expresarla. Y así no me sentiría tan extraño por quedarme callado. Querría tener una excusa para todo aquello que no soy capaz de hacer y decir, para todo aquello que escondo y no digo abiertamente. Querría que fuera tan fácil como pactar con el diablo. Querría tantas cosas a tan corto tiempo que, por imposibles, me hacen quererlas aun más. Y querría no querer nada, y sentirme un poco menos vacío. Porque al instante intento compensar, medir y hacer cuentas sobre si es suficiente o no, si la balanza está a mi favor o no. Claro está, que cada uno hace sus propias cuentas, y la contabilidad nunca fue lo mio. Sin embargo el error creo que no es sentir que me falta algo, ni intentar pensar que es. Soy ambicioso, y creo que cada uno a su modo, todos lo somos. Sin metas que cumplir, si todo estuviera hecho ya no quedaría nada por lo que vivir. Lo clásico: la felicidad son las pequeñas cosas y no un estado permanente. Bueno pues a veces me gustaría que así fuera... puro éxtasis y gozo constante, verdadero, auténtico, no forzado. Mi realidad no me lo permite.

Entonces, ¿cuál es mi error?, ¿la ambicion?, ¿buscar parches para mi mismo donde no los hay? No lo sé, tengo tendencia a meter la pata constantemente, incluso conmigo mismo. Todo el pensamiento positivo que me suele conquistar, se ve ahora, de noche encerrado en casa, hundido en un oscuro pozo. Y no se si estoy buscando al escribir estas ideas buscar una salida o solamente ponerles un orden, plasmarlas por escrito y dejarlas ahí para que dejen de rondar mi cabeza. Que los pensamientos dejen de subir y bajar desde el estómago, rondando mi espalda y alcanzando el punto álgido de un escalofrío gélido, para que el sentido común tome una opción pragmática. Para así dejar de proponer planteamientos y tomar decisiones.Ninguna base, teoría, experiencia o razonamiento sabrá si las cosas iran bien o mal, pero tendré un camino.

Sé además que no solo pongo las ideas en claro, sino que me las confieso a mi mismo. Las admito aunque no las exprese abiertamente. Porque soy torpe pero aún precavido, y porque si no lo hago me volvere loco. En otras palabras

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